El 14 de febrero es la fecha en la que celebramos y conmemoramos el amor y la afectividad. San Valentín es, nos guste más o menos, el día en el que millones de personas alrededor del mundo se dicen de un modo u otro que se quieren, que están enamorados. Es por eso que nos parecía el día más adecuado para hincar la rodilla, declararnos y contaros las 5 poderosas razones por las que estamos enamorados… de la Gastronomía, claro.

1. La gastronomía es cultura

La gastronomía es cultura, es tradición, es historia y es una seña de identidad. «Dime qué comes y te diré quien eres» podría bien haber sustituido al refrán original. Y es que la comida, la gastronomía, nos define como pueblo y nos distingue del resto, al mismo tiempo que nos une a todos a través de un hecho que es universal: comer y beber.

Ya sea reproduciendo platos tradicionales o llevando a cabo nuevas creaciones con los alimentos, la cocina es un arte que se expresa a través de un lenguaje específico, y que ha encontrado en los comedores de los hogares y las salas de los restaurantes un escenario donde expresarse.

2. la gastronomía es placer

Confucio dijo: «Comer, beber y hacer el amor son los tres grandes instintos del ser humano». Y es que en torno a la cocina se fraguan la mayoría de las historias de amor y deseo. El placer de comer y beber ha estado siempre ligado al amor y la pasión. Todos guardamos en la memoria ese momento imborrable que compartimos comida y bebida con la persona amada.

Por no hablar del simbolismo erótico y el supuesto poder afrodisíaco de muchos alimentos que están en el imaginario popular: fresas, canela (que no Camela), chocolate… Todo un universo de recursos gastronómicos para echar nuestra imaginación a volar y disfrutar, solos o acompañados.

3. El Vino

Así tal cual, y ya. El Vino. Con mayúsculas. Porque todo este embrollo sobre al amor y la gastronomía nos lleva de manera irremediable a otra palabra ligada estrechamente a ambos: maridaje. La unión entre el vino y la comida no sólo es natural sino que es además deseable ¿O acaso hay algo mejor que el matrimonio perfecto entre este plato sublime y su partenaire espirituoso? Para nosotros desde luego no.

4. La gastronomía es salud

El diccionario de la Real Academia de la Lengua define Gastronomía como «el arte de preparar una buena comida» y tiene como objetivo primordial el proporcionar placer a los paladares más exigentes. Pero el apelativo de buena lleva implícita otra faceta que no debemos olvidar. Hoy en día somos mucho más conscientes de lo que comemos y cómo lo comemos, y exigimos no sólo una comida que nos sacie  y nos satisfaga, sino que también nos cuide.

La alimentación es sin duda uno de los pilares fundamentales para gozar de buena salud, y es por eso que chefs y restaurantes tenemos en nuestra mano no sólo alimentar y deleitar a los comensales sino también incorporar a nuestras cartas menús y modelos de alimentación que velen por nuestro bienestar físico, psíquico y emocional.

5. La gastronomía como forma de vida

No vamos a hablar aquí de que si la hostelería es un sector muy duro o que si es totalmente vocacional y bla, bla, bla… Argumentos más que manidos (no siempre o del todo ciertos) y que no vienen al caso.

Nos referimos a que son muchos los que entienden la gastronomía como una forma de ver, vivir y disfrutar la vida. Profesionales de la cocina, críticos, foodies de todos los colores y aficionados en general al buen yantar. Todos los que en mayor o menor medida «sufren» de ese enamoramiento por un guiso de esos de mojar pan, un capricho en forma de dulce o una copa de buen vino; que no conciben un encuentro en pareja o con amigos si no es alrededor de una buena mesa; o que no se van de vacaciones sin hacer la lista de donde van a ir a comer.

Para todos esos, tenemos nuestra sala y nuestro corazón abiertos de par en par. Y para los que no…

¡Feliz Día de los Enamorados!